sábado, 9 de julio de 2011

Reencarnadas...2010 quizás

 ...aún mudo resalta mi crudo escolta...
paradógico y agudo alarido entre vociferaciones graves irrumpe behementemente
desmembrando de sus agujas al longevo reloj que frágil colgado en el olvido,
finalmente marcaba la añorada combinación correcta.
 Denoto un vacío inconfundible, algo que resulta no consigo materializar a plenitud,
un algo que creo, mas bien aseguro, alguna vez tuve,
pero que bajo la tan espesa negra noche de este firmamento sin brillo alguno,
no se vé y sé no se verá por ningún lugar, por ningún sitio.
 Lloro, cuando no hay punzantes miradas críticas sobre mí... lloro,
lloro como aquel día,
en absoluta soledad  y sin soporte alguno,
 en compañía del profundo dolor mortífero y del odio, que hace fiel oído
a un mar de súplicas que se pierde cual tenue susurro en prolongados lamentos abismantes.
Mas nadie lo nota,
nadie desea notarlo,
solo mis tristes ojos cansados conocen la cruel nostalgia
que los ha empapado en noches frías aún estando cobijado,
en noches solitarias aún estando en compañía,
en noches de llanto aún mostrando una sonrisa.
Una sonrisa hipócrita,
una sonrisa que conoce la mayoría,
yo ya la he desenmascarado con el tiempo,
tiempo que ahora inquietamente tranquilo,
prisionero en el asilo de la tiranía de las mismas gruesas cadenas antes en el suelo rotas,
nuevamente no avanza,
¿después de todo que es el tiempo?
nosotros hacemos el tiempo,
nosotros somos el tiempo,
¿como podríamos encontrarnos a nosotros mismos
deambulando perdidos en una vida tan extensa?
no consigo respuesta,
no existe respuesta.
Tal vez por eso sueño...
tengo el mismo sueño una y otra vez,
me persigue, empedernido en afligir mis lapsos de sabida y ansiada falsa alegría,
en exigirme la renuncia a una vida brillante,
restregando a mis memorias rostros sin nombre
que extraño aún sin conocer,
que busco en oscuras calles lúgubres sin luz alguna,
sin saber siquiera donde empezar,
al azar, cargando en mis hombros fatigados un horrible pesar,
estoy caminando a ciegas intentando no tropezar en viejos paisajes llenos de escombros como sueños pulverizados en un altar,
martirizados por decisiones que han hecho eco en lo soy hoy,
decisiones que muchas veces ajenas a mí,
cambiaron el curso de una historia, el curso de mil historias… el curso de mi historia.
Historia que escrita antes o no, creo no debió ser así,
siento no debió escribirse así,
y sé no debe continuar así,
extraviando la alegría como si fuese algo inútil,
algo que aunque sin uso aparente ahora parece que se aleja cada vez mas sin dar oportunidad,
apurado, condenado a desaparecer en el horizonte sin ser visto,
amedrentado cual sol en una tarde de infelices nubes grises
que contagian su sucio olor a melancolía,
olor a días que no volverán nunca...
olor a personas que no volverán nunca...

No hay comentarios:

Publicar un comentario